En la lengua española existen palabras que comparten la misma grafía pero se diferencian en significado por la posición del acento ortográfico. Estas palabras reciben el nombre de homógrafas y las siguientes son un claro ejemplo de ello.
El – Él: «El» sin acento es un artículo definido, mientras que «él» con acento es un pronombre personal que se refiere a una persona o entidad masculina previamente mencionada.
Mas – Más: «Mas» sin acento se utiliza como conjunción adversativa, similar a «pero». Por otro lado, «más» con acento significa «más cantidad» o «además».
Sí – Si: «Sí» con acento se usa para expresar afirmación, mientras que «si» sin acento es una conjunción condicional que introduce una condición.
Te – Té: «Te» sin acento es un pronombre personal, mientras que «té» con acento se refiere a la infusión de hojas de té.
Tu – Tú: «Tu» sin acento es un posesivo que indica posesión o pertenencia, mientras que «tú» con acento es un pronombre personal que se utiliza para referirse a la segunda persona del singular.
Solo – Sólo: «Solo» sin acento puede significar «solitario» o «único», mientras que «sólo» con acento se utiliza para indicar exclusividad o limitación, y en este caso, no significa lo mismo que «solamente».
Como – Cómo: «Como» sin acento es una conjunción que se utiliza para establecer comparaciones o para introducir oraciones subordinadas; también es una conjugación del verbo comer en la primera persona del singular.
Por su parte, «cómo» con acento es un adverbio interrogativo que se emplea para preguntar de qué manera o en qué forma sucede algo.
Ánimo – Animo: “Ánimo” con acento es un sustantivo que hace referencia a la fuerza o energía para hacer, emprender o resolver algo con buena disposición, mientras que “animo” sin acento es una conjugación verbal de la palabra animar en la primera persona del singular.
Cálculo – Calculo: “Cálculo” con tilde hace referencia a un conjunto de operaciones matemáticas con el fin de averiguar valores y medidas, mientras que calculo sin tilde es una conjugación del verbo calcular en primera persona del singular.
Estos ejemplos demuestran cómo una simple tilde puede marcar la diferencia entre dos palabras que, a simple vista, parecen iguales.
La acentuación ortográfica es esencial para la correcta comprensión y escritura del español, ya que un pequeño cambio puede cambiar por completo el significado de una oración.